ATAHUALPA: LA OTRA HISTORIA
A través
de investigaciones por diferentes estudiosos sobre este inca, hay hipótesis que generan controversia sobre el
origen del nacimiento y actualmente sobre el verdadero nombre del décimo tercer
inca.
Hernán Amat, Director del Museo de Arqueología y
Antropología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, indica que Atahuallpa, el último emperador de los
Incas, fue cuzqueño y vivía en Quito con su madre. Venía al Cuzco para poner
orden en el imperio, trastornado por la sublevación de los Hurin Cuzco y del
clero solar.
Por otro lado Cieza de León, en su libro “Crónicas
del Perú, el señorío de los incas” refiere al último inca con el nombre de Atabalipa, sin indicios del nombre
Atahualpa, generando dudas en el conocimiento de la historia actual y dando a
entender que muchos nombres del imperio inca fueron modificados, distorsionados
y mezclados.
Encaminando nuestra investigación hacia el
verdadero nombre del último Inca vamos en busca de un
experto en quechua, para que nos explique el significado de la palabra
Atahualpa y Atabalipa. El especialista en lengua y socio lingüística quechuas y
educación intercultural bilingüe, Félix Julca
Guerrero, con una vasta experiencia sobre la literatura gramática del quechua,
Señala: “Atau o atatau es una voz
exclamativa que hace referencia a algo no bueno, no bonito, apestoso, y wallpa es gallina; entonces ‘atatau gallina’ , esto se da porque hay un proceso de
simplificación lingüística que es tan natural.
Cada vez las palabras se van recortando y entonces de
esas dos palabras unidas sale Atahuallpa
y éste está en el diccionario de Olguín publicado en 1620. Si recurrimos al diccionario de Santo
Tomás, registra no solo Atawallpa sino
también Atiballpa y otras veces encontramos con Atipallpa, pero lo más antiguo
es wallpa. En realidad la palabra Atabálipa es una modificación ocurrida con la
llegada de los españoles posteriores al wallpa”.
En el transcurso del tiempo el quechua se va
adaptando al castellano, ¿Atabalipa
proviene del quechua? –“(el nombre) Atabálipa
es un proceso lingüístico que sufre cambios de sílabas o incursión de palabras
que se suavizan con el paso del tiempo.
Atabálipa,
proviene de la palabra atish (adorado). Ataballipa o Atabálipa es un nombre con influencia español, que se
debió dar posteriormente porque ‘b’ no existe en el quechua, en el proceso de
recemantización de las palabras que puede neutralizarse y pasar a ser un
término positivo para registros históricos.
Sociológicamente no habrá impacto y se tomará
algo normal porque wallpa no es un insulto, además no le beneficia en nada a la
sociedad y si los hablantes no lo usan puede desaparecer, una cosa es lo que
debería ser y otro lo que es”.
¿Atahualpa
proviene del quechua? –“es la variante,
La palabra original es Atawuallpa, en Ecuador
a la gallina se le llama Atawuallpa, más no wallpa como lo conocemos aquí.
Atabálipa y Atahualpa es lo mismo, pero Atahualpa es despectivo. Al cambiar de
Atahualpa a Atabálipa ya no tendremos la palabra atatau ya que no es
expresada directamente”- . Según
el libro más antiguo de Santo Tomás, la
palabra original en realidad seria Atawuallpa.
El
Magister José Antonio Salazar director Regional de cultura de Ancash manifiesta que el
último Inca fue Tupac Paullu de Huaylas, que por la nobleza incaica fue a la
capital para educarse como un príncipe con el fin de retornar a su tierra y
gobernar de acuerdo a las leyes incaicas. A la caída de Atahualpa, los
españoles para no perder su poderío nombraron al príncipe huaylino, él al darse
cuenta que era usado por ellos genera la primera rebelión, después de la invasión, se interna en la
selva y de allí realizan una guerra apoyado por los indígenas, donde fue
contagiado por la viruela, enfermedad
que trajeron los españoles y a causa de ello falleció.
María del Carmen Martín Rubio, historiadora española, señala que “Huáscar Túpac Paullu
Inca… es hijo de Huayna Cápac y de Añas Colque, hija del curaca de Ruringuaylas. Fue medio hermano de Huáscar, Atahualpa y Manco Inca.
Acompañó a Diego de Almagro, socio de Francisco Pizarro, en la fallida primera
expedición de conquista a Chile en 1535. Cuando retornó, Manco Inca se había revelado
(1536), por lo que Paullu fue nombrado nuevo Inca por Almagro en la ciudad del Cuzco. Reinó (1537 - 1549) con la ayuda de los españoles mientras Manco se
escapó y reinó como Inca rebelde en la ciudadela de Vilcabamba (1537-1544), al
margen del poder español”.
Alejandro La Torre, autor del
libro “Atahualpa: el vergonzoso nombre
del último Inca del Perú”, manifiesta que llamarle Atahualpa es estar atribuyéndole
un nombre peyorativo, ya que proviene de la palabra quechua “atatau” -que
asco- y “wallpa”- gallina-, la traducción es, “que asco gallina”. Por otro lado, el verdadero nombre que él atribuye al último
Inca es Atabálipa que significa “hombre de mucho valor”.
Llegar a tan singular conclusión no es leer uno, dos o tres libros, sino
250 a más; es allí donde encontró
diversas contradicciones. Analizar,
interpretar e investigar durante cuatro años como el autor sustenta, es
abordar nuevas hipótesis e inculcar a
nuevas investigaciones.
El investigador de la cultura
incaica declara “que se
le otorgó el nombre de Atahualpa porque
a la hora de ser asesinado, le informan
que morirá en la hoguera, él asustado y temeroso se pone a llorar, los españoles se burlan; señalan -que cómo va
a llorar el Inca-, en vez de que se llame Atabálipa, debería llamarse Atahualpa porque es una
gallina-”. Y así es como el nombre Atahualpa se queda y perdura hasta nuestros días.
Al referirnos sobre el impacto
que ocasionaría el solo cambiarle el supuesto adjetivo Atahualpa, con el
verdadero nombre Atabálipa según el
autor. -“El nombre de una persona sí
interesa, no permitiré que lo satanicen y quiero reivindicar al último Inca, en
otros países nos llaman gallinas por estas circunstancias. Sus propios
hijos incas, porque todos somos
descendiente de ellos, satanizan y desprecian su cultura ancestral, nadie lo
defiende cuando salen al exterior. Además, nadie ama lo que no conoce, nos han
enseñado mal y por eso tenemos vergüenza, yo trato de ver desde el punto de
vista indígena”-, puntualizó.
Toda esta controversia nace cuando el virrey
Toledo, después de 40 años de la muerte de Atabalipa le encarga a un
historiador llamado Pedro Sarmiento de
Gamboa para que haga la historia de la cultura inca, pero le dice: tienes que
hacer ver que los incas eran salvajes, sodomitas, caníbales. Hasta entonces
ningún libro escrito por los historiadores antiguos menciona la palabra
‘Atahualpa’.
En comunidades como Chiquian, Ocros, Pomabamba,
Huacrachuco, todavía celebran la muerte de Atahualpa como una fiesta patronal,
por cómo lo degollaron. Lo saben por una tradición oral, por lo tanto, él fue
decapitado, acuchillado, mas no ahorcado.
El último Inca: su verdadero
nombre y lugar de procedencia genera
controversia entre los historiadores, investigadores. En el transcurso del
tiempo, como bien dicen que la verdad no es absoluta, nuevas hipótesis se generarán para poder
impulsar más la investigación y así acercarnos a la verdadera historia del Perú.
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